Realidades.

Hay momentos en los que ni desaparecer parece una opción segura. No sé si me explico.

Me puedo pasar horas y horas frente a un papel en blanco, intentando de alguna forma expresar todo lo que pasa por mi cabeza y sentirme… ¿comprendida?

Pero nada parece suficiente.

Ni seguramente nada lo sea.

Porque estoy en uno de esos momentos en lo que sólo una sonrisa de la persona indicada podría levantarme el ánimo. Pero como de costumbre, mi mala suerte me caracteriza. Y parece imposible que esa persona hasta se dé cuenta de que sigo aquí. De que nunca me he ido.

Me voy acostumbrado.

Sí, he llegado a acostumbrarme al hecho de que no voy a tener buena suerte, por lo menos por un tiempo. Y tengo que sobrevivir con esto.

Conmigo siendo así, y sin poder cambiarlo.

Y con todo lo que eso conlleva.

Porque, ¿quién sabe? Tal vez dentro de un tiempo pase algo decente por mi vida, algo que medianamente me saque una verdadera sonrisa, de esas que parece imposible sacar. Hasta que cuando menos te lo esperas, lo hacen.

Así que vamos a dar una oportunidad a estos últimos días de 2013, y, sobre todo, al año que se nos viene encima.

A este 2014. Porque una parte de mi está impaciente por saber qué va a ofrecerme este año.

No sé que esperarme. Y tú, ¿qué esperas del nuevo año?

Agárrate, que vienen curvas.

La amistad puede ser una excusa. Una tapadera cuando hay algo más que no quieres admitir. O de lo que estás muy asustado para explorar.


“+¿Si pudieras estar con una sola persona en el mundo, quién sería?
-Tú.”

“Es… un persona increíble. Podrías simplemente sentarte y admirarle durante horas.”


They fell in love, didn’t they?

Yes, they did.


Ahora, imagina un momento del futuro de tu vida. Donde todos tus sueños se han hecho realidad. Ya sabes, que es el mejor momento de tu vida, y comparte esa experiencia con una persona. ¿Quién está a tu lado?